El mitin de las emociones
“No voy a olvidar este mitin nunca jamás” decía Rubalcaba nada más subir al escenario. Probablemente ninguno de los que ha participado lo olvide, porque el de Málaga no ha sido un mitin más. Era el único en que Zapatero y Rubalcaba coincidían en toda la campaña, estábamos en Andalucía, -tierra clave para el partido- y encima el PSOE reunía en el mismo escenario a socialistas de varias generaciones. Ese era el objetivo en este esprint final, exhibir la fuerza del PSOE.
Todos entraban en el escenario mientras sonaba el “Hoy puede ser un gran día” de Serrat. Rubalcaba la tarareaba y hasta incluso amagaba con un discreto baile, la cosa prometía.
Con Elena Valenciano como maestra de ceremonias han empezado los discursos. Nueve oradores, desde Rubalcaba y Zapatero hasta Patxi López y José Antonio Griñán, los dos únicos barones con poder autonómico, pasando por Eduardo Madina, Trinidad Jiménez o la responsable de Tecnologías del partido. Y en medio, mensajes grabados en video de Alfonso Guerra “llevad la palabra del socialismo por Málaga” y de Felipe González “Andalucía no nos va a fallar, es mi tierra”, que arrebataban al público.
Pero cuando el pabellón se caía es cada vez que alguien nombraba al Presidente del gobierno.
Hemos visto a un Zapatero emotivo, -era interrumpido continuamente con aplausos-, que reconocía errores, reivindicaba que su partido era capaz de sacrificarse porque “siempre se ha comprometido con el interés general” y ante todo, alababa a Rubalcaba por su capacidad de mojarse y comprometerse. “Os habla el Presidente del gobierno. Nada hubiera sido posible sin Alfredo Pérez Rubalcaba” ha sido el elogio más sentido cuando hablaba de la paz en Euskadi.
Rubalcaba se lo devolvía en su turno, agradecía a Zapatero que siempre haya puesto los intereses de España “por encima de sus intereses y los de su partido”. El candidato pedía a los ciudadanos que no esperasen al día 21 para protestar en las calles, como augura Cospedal, por los recortes del PP, que “voten el día 20 para evitarlos en las urnas”. Ya no hay muchos más mensajes que vender, sólo una llamada directa al corazón de los socialistas para parar al PP.
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